De lo descrito anteriormente, se concluye que para los suelos
gruesos, la propiedad más importante es la granulometría y para
los suelos finos son los límites de Atterberg.
La relación entre la humedad y la densidad de un suelo compactado,
es una situación muy importante que se requiere al analizar las
propiedades del mismo. Para el efecto se desarrollaron los ensayos
Proctor, AASHTO T-99 (estándar) y T-180 (modificado) y son los que
permiten determinar la humedad óptima o sea la humedad ideal en la
cual el suelo llega a su densidad máxima y a su vez alcanza sus
mejores propiedades mecánicas. El valor de esta humedad óptima
depende directamente de la cantidad de energía de compactación a la
que se ha sometido el suelo; al ser mayor la energía de compactación,
la humedad óptima será menor y la densidad seca será mayor.
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