La clasificación de suelos es el indicador de las propiedades físico -
mecánicas que tienen los suelos. La clasificación que mejor describe y
determina las propiedades de un suelo a usarse como subrasante es la
clasificación de AASHTO M-145; las primeras variables son: la
granulometría y la plasticidad. En términos generales, un suelo
conforme a su granulometría se clasifica así:
■ Grava: de un tamaño menor a 76.2 mm (3") hasta tamiz No. 10
(2 mm)
■ Arena Gruesa: de un tamaño menor a 2 mm hasta tamiz No.
40 (0.425 mm)
■ Arena Fina: de un tamaño menor a 0.425 mm hasta tamiz No.
200 (0.075 mm)
■ Limos y Arcillas: tamaños menores de 0.075 mm
Conforme AASHTO, un suelo fino es el que tiene más del 35% que
pasa el tamiz No. 200 (0.075 mm), los cuales se clasifican como A-4,
A-5, A-6 o A-7. Dos suelos considerados finos que tengan
granulometrías similares, pueden llegar a tener propiedades diferentes
dependiendo de su plasticidad, cualidad que se analiza en el suelo que
pasa el tamiz No. 40; dichas propiedades de plasticidad, se analizan
conforme las pruebas de límites de Atterberg, las cuales son:
■ Límite Líquido o LL2: Es el estado de un suelo, cuando pasa
de un estado plástico a un estado semilíquido.
■ Límite Plástico o LP2: Es la frontera entre el estado plástico y
el semisólido de un suelo.
■ índice Plástico o IP2: es la diferencia entre LL y LP, que nos
indica la plasticidad del material.
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