La infiltración a través de la
superficie, niveles freáticos altos, ascenso capilar y aguas provenientes de
infiltraciones (comunes en secciones en desmonte con niveles freáticos altos)
contribuyen al desarrollo de fallas en los pavimentos. Las fallas en pavimentos
flexibles están caracterizadas por excesiva deflexión, fisuración, bajo valor
soporte de la subrasante y desintegraciones. Para pavimentos rígidos las fallas
son debidas a inestabilidad de la subrasante, bombeo con la consecuente pérdida
de soporte y deterioro del hormigón debido a fisuras de durabilidad.
Es un hecho bien conocido que la
presencia del agua es muy perjudicial para los pavimentos. Tanto es así que ya
los métodos clásicos de diseño consideraban los parámetros resistentes de la
subrasante en condición saturada como dato de entrada para el diseño. El agua
libre en la interfase subrasante ‑ pavimento es la responsable de muchos
problemas. Cedergreen demostró que las cargas dinámicas producen incrementos
más importantes de la presión de poros justo en el momento del pasaje de la
carga y en consecuencia, hay una reducción notable de la capacidad de carga.
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